lunes, 21 de septiembre de 2009

Gracias a mis alumnos del Círculo de Periodistas Deportivos .. nos vemos pronto!


Una historia entre muñecas y medallas .
Parte de la entrevsita realizada por Luis Pelaez ( Alumno del Círculo de Periodistas Deportivos )

A los 5 años y meses de vida, una niña de caballito llamada Romina Plataroti, en su paseo por el club Ferro carril Oeste, se cruzó con lo que luego le iba a dar innumerables satisfacciones. Quiso el destino que sus ojos, en su mirada panorámica de las cosas que tenia alrededor mientras esperaba que su padre terminara de jugar al tenis, se fijaran en la puerta de una escuelita de gimnasia. Al poco tiempo vino la aceptación de la profesora y la inclusión en el equipo. Y así empezó a escribir su historia.

¿Qué tiene de bueno y de malo empezar una actividad de alto rendimiento a tan temprana edad?
Es una actividad bastante contradictoria con ese tema, porque cuando uno hace un deporte de alto rendimiento requiere muchas horas de entrenamiento, exigencia y presiones. Y cuando uno es chico quizás no está tan preparado para poder manejarlas. Le cuesta a un adulto, imaginate a un chico o a un adolescente. Hay que tener una buena contención familiar por sobre toda las cosas. Vas aprendiendo en el camino.

Termina el deporte pero sigue la vida…

¿Como manejaste eso?
El retiro fue elección mía. Como te contaba fui de viaje de egresados a Bariloche en el 94, me quería retirar ese año o apostar al año siguiente porque se hacia el Panamericano en el país y era un lindo torneo para retirarse. Así fue que me entrené hasta el Panamericano de Mar del Plata en marzo, y me retiré.
Si bien fue cuestión propia, cuesta bastante, no por el hecho de que quisiera volver a hacer gimnasia, nunca me pasó eso de “Uh me hubiera quedado, o no”. Cuesta mucho el cambio de estilo de vida, el tener otro rol. Se juntó también un poco el tema de que uno empieza a estudiar, insertarse en otros ámbitos. Eso lleva un trabajo, un proceso de nuevos vínculos de pertenencia…yo pasaba 8 horas dentro de un gimnasio. También desde la parte física. Desde que mi cuerpo estaba acostumbrado a entrenar tantas horas a dejar de entrenar. Y en esa época se podría decir que no había un retiro cuidado en el sentido de que no se trabajaba con el tema del desentrenamiento o que hubiera contención después…uno más o menos hacía lo que podía y sentía. Mi familia me acompaño por suerte. Fue una etapa de acomodar un montón de cuestiones. Más allá de la decisión del retiro, a veces después la transición hay que trabajarla, son etapas de la vida, acostumbrarse a tener roles diferentes, a moverse en ámbitos diferentes.
Era ver otras cosas.

¿Qué concepto que hayas tratado en tu carrera lo podés relacionar con algún momento de tu vida deportiva?
Hay un concepto en psicología del deporte que se llama flow, que es fluir. Es un estado óptimo de rendimiento, es muy difícil de explicar porque es muy subjetivo. Es una sensación como que uno se siente en el estado óptimo, muy concentrado, estás en el momento, en el aquí ahora, sin presiones. Recuerdo en dos torneos en donde me sentí muy bien, leia todas las características, y me decía “ay mirá, es muy similar, a eso que yo sentía y no le podía poner un nombre”. Y otras cuestiones como técnicas que las hacia como visualizaciones, eso de imaginarse haciendo la rutina. Las hacia pero nadie me había dicho que eso era una visualización y quizás no lo hacia de forma sistemática, que hubiera sido más efectivo quizás, y uno lo hacía como herramienta propia.

En un reportaje dijiste que en el deporte argentino había improvisación. ¿Sigue estando?
Dependen los deportes. Quizás lo que muchas veces siento que lo que ha faltado en el país es una política deportiva a largo plazo. En una nota hablaba de eso: hacía referencia en que quizás antes de un juego olímpico viene todo, te ponen todo. Psicólogo, apoyo, pero un año antes o menos, cuando en realidad eso lleva un trabajo a largo plazo y estaría bueno que se comience hacer pero con anterioridad. A eso me refiero, de que haya una planificación.

Y así es que sigue escribiendo su historia y ayudando a que otros la comiencen a escribir o la sigan escribiendo gracias a su nuevo rol dado por sus estudios y dedicación. El comienzo, lidiado entre la elección por lo lúdico convencional y el deporte de alto rendimiento fue lo que transversalmente marcó esos 12 años que le dieron más que satisfacciones. Hoy es distinto su rol, su lugar, pero las sensaciones de satisfacción, parecen las mismas.

Luis Pelaez

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